jueves, 19 de noviembre de 2015

R E S P O N S O A T E O



RESPONSO ATEO

Una nave sin tripulantes ni capitán.
Camarotes sin viajeros a quienes albergar.
Timón sin timonel, brújula sin rumbo que orientar.
Anclas y amarras, sin fondeadero donde aferrar.
Un solo pasajero, sin tiempo ni espacio que ocupar.
Sin equipaje ni mochila, sin pasado ni rastros que borrar,
sin huellas de presente, ni futuro que presagiar.

Un viaje sin destino de donde retornar.
Un viaje sin playa ni puerto adonde arribar.
Una nave sombría que penosamente se deja arrastrar,
por olas que en un abismo insondable han de naufragar.
El pasajero que en la negrura del abismo se ha de internar,
su  única pertenencia está obligado a abandonar.
Fiel amiga  su sombra que por siempre lo supo acompañar.

Nadie sabe cuándo se ha puesto el sol en la eternidad,
ni tampoco cuando brillará.
La luna se pintó de negro y ya jamás alumbrará,
pues no hay enamorados en la eternidad.

Cierra  tus ojos pasajero, ya no los necesitarás,
en un mundo sin cielo ni estrellas, ni fuego que avivar.
El estruendo infernal, jamás podrás escuchar.
Es sin sonido la música celestial que no sentirás.

De las flores su aroma cada mañana no te amanecerá,
ni  la suave piel de tu amada junto a ti te adormecerá.
No hay días no hay noches, no hay sueños ni despertar,
Es la nada en la nada.    Así es la eternidad.
No busques dioses ni profetas, no los has de hallar,
han desparecido buscando el fin de la eternidad.
No temas pasajero, que en la nada, de nada te has de enterar.

LUIS SCARPA BRUSCO  - NOVIEMBRE 2015